Yuval Harari, el historiador y filósofo israelí, ha expresado su preocupación por el surgimiento de la IA y si los humanos pueden sobrevivir a ella.
Para Harari, nuestra creencia colectiva en “historias” ha sido fundamental en la dominación de la Tierra por parte de la humanidad. La IA, por su parte, tiene la capacidad de crear sus propias narrativas y producir contenido en una amplia variedad de medios.
Harari cree que la posibilidad de que la IA tome el control de la cultura plantea un problema significativo para la humanidad. Además, la falsificación digital sintética, que podría parecer una persona real, podría utilizarse para manipular el discurso público y representaría una amenaza para las democracias.
En este sentido, Harari cree que la democracia depende de la conversación pública y si ésta es asumida por la IA, la democracia terminará.
Harari también se preocupa por el uso de la IA en la guerra y la posibilidad de que sea utilizada maliciosamente por regímenes totalitarios.
En resumen, la preocupación de Harari seria si los humanos podrian sobrevivir al avance de la IA; realizar divulgar, generar nuevas historias y el manejo de la democracia, además de controlar por completo el mercado laboral.
Sin embargo, la IA puede tejer hechizos similares a los humanos, lo que significa que su potencial tanto para el bien como para el mal es inmediato y real.
¿Los humanos pueden sobrevivir a la IA?
Harari señala que la nueva generación de IA no solo puede difundir el contenido que producen los humanos, sino que también puede crear contenido por sí misma.
Esto plantea preguntas sobre lo que significaría vivir en un mundo donde la mayoría de los textos, melodías, imágenes y series de televisión son creadas por una inteligencia no humana.
Además, Harari advierte que la IA podría ser utilizada para manipular el discurso público y que podría ser una amenaza particularmente grave para las democracias, que dependen de la conversación pública. Si la conversación es asumida por la IA, la democracia se vería en peligro.
Uno de los muchos problemas si no se logra regular la IA es el político; si bien los regímenes autoritarios del pasado dependían de tecnologías como los trenes, la electricidad y las radios, los regímenes del siglo XXI tendrán herramientas mucho más poderosas, como la inteligencia artificial.
Otra problemática actual que plantea la IA es la posible pérdida de empleos en el futuro, lo que podría llevar a millones de personas a ser consideradas completamente inútiles para el mercado laboral. Esto podría tener consecuencias económicas y sociales muy graves.
En conclusión, el escritor y filósofo advierte sobre el impacto directo de la IA sobre las bases de la civilización, la cultura humana y la democracia, así como sobre las posibles riesgos futuros.
Es importante seguir discutiendo estas cuestiones y tomar medidas para garantizar que la IA pueda coexistir con los humanos, sobrevivir a las nuevas tecnologías, el uso de manera responsable y ética.
Con información de The Telegraph.
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