El contacto entre la nave espacial Voyager 2 de la NASA y el control de la misión ha sido restaurado a través de un sorprendente método interplanetario después de semanas de silencio.
La Voyager 2, una histórica sonda lanzada en la década de 1970 con la misión de explorar el espacio interestelar, recuperó la comunicación con la Tierra gracias a un ingenioso “grito” interestelar enviado por el equipo de tierra a través de más de 12.3 millones de millas de distancia.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA se enfrentó a desafíos considerables en este proceso. No había garantía de que el comando pudiera llegar a la sonda Voyager 2, que había perdido contacto con la NASA el mes anterior.
Si el intento fallaba, se habría tenido que esperar hasta mediados de octubre para que la sonda se reorientara automáticamente.
Entre tanto, la Red del Espacio Profundo, compuesta por un conjunto de antenas gigantes de radio, detectó una débil señal la semana pasada de la Voyager 2.
Aunque esta señal no era lo suficientemente fuerte para extraer datos, ofreció esperanza de que la nave aún estuviera operativa.
El esfuerzo desesperado de recuperar la comunicación con la sonda
En un esfuerzo de último recurso, la Red de Espacio Profundo en Canberra, Australia, envió un mensaje a la Voyager 2 con la esperanza de que lograra corregir la orientación de su antena.
Este comando tomó 18 horas y media en llegar a la nave y un total de 37 horas para que los controladores de la misión confirmaran su éxito.
Finalmente, el equipo recibió datos científicos y de telemetría de la Voyager 2, confirmando que la nave estaba operativa y en su trayectoria esperada.
La NASA anunció que las comunicaciones completas con la Voyager 2 han sido restablecidas, y la antena de la nave ha sido realineada con la Tierra.
La Voyager 2 se encuentra aproximadamente a 12.4 millones de millas de la Tierra, tras haber abandonado la heliosfera (el escudo protector contra la radiación interestelar) hace cinco años.
La NASA proporciona un diagrama interactivo que permite rastrear la trayectoria de la sonda espacial fuera del sistema solar.
La hazaña de restablecer el contacto con la Voyager 2 demuestra la habilidad y la perseverancia de los científicos y controladores de la misión de la NASA.
La sonda con casi 46 años en su misión, sigue siendo una fuente valiosa de información sobre el espacio interestelar y ha brindado importantes descubrimientos a lo largo de los años.
Su restablecimiento de comunicación marca un logro significativo en la exploración espacial continua y abre la puerta a más investigaciones sobre los confines del universo.
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