Un nuevo logro en la neurociencia está permitiendo una comprensión más profunda de los procesos cerebrales en animales y específicamente en gusanos redondos, lo que podría tener implicaciones significativas para la comprensión de la mente humana y cómo los cerebros codifican el comportamiento.
El nematodo Caenorhabditis elegans, también conocido como gusano redondo, ha sido objeto de estudio durante décadas debido a la simplicidad y elegancia de su biología.
Los científicos han publicado un “atlas” cerebral y un modelo informático que establecen conexiones entre las acciones de este gusano y las células cerebrales individuales.
Esta nueva herramienta permite a los investigadores observar el comportamiento de estos gusanos y relacionarlo con la actividad neuronal específica en su cerebro.
El gusano C. elegans, con su sistema nervioso y comportamiento relativamente simples, proporciona una base sólida para comprender cómo los cerebros en general generan comportamiento.
El estudio publicado en la revista Cell ha trazado vínculos entre más de 150 neuronas en este gusano, lo que equivale a aproximadamente la mitad de las células nerviosas en su cuerpo.
Al observar las actividades neuronales mientras los gusanos se movían, se alimentaban y reaccionaban a estímulos externos, los científicos pudieron identificar patrones de actividad neural asociados con diversos comportamientos.
Si bien los gusanos C. elegans pueden parecer alejados de la complejidad de los cerebros humanos, estos estudios pueden proporcionar información invaluable sobre los principios fundamentales de la codificación cerebral.
Los patrones neurales observados en los gusanos podrían tener correlaciones en cerebros más complejos, incluido el nuestro.
El mapeo detallado de estas conexiones entre el cerebro y el comportamiento en los gusanos abre puertas para comprender mejor cómo funcionan los cerebros en general, incluso los humanos.
La investigación arroja luces para comprender mejor el cerebro humano mediante cerebros de gusanos
El estudio también ha revelado que algunas neuronas muestran actividad incluso después de que un comportamiento específico ha terminado.
Esto sugiere que estas neuronas podrían estar involucradas en procesos de memoria, procesamiento o aprendizaje.
Además, se encontró que diferentes combinaciones de neuronas se activaban para codificar variaciones en los comportamientos, lo que subraya la complejidad y la precisión del sistema nervioso incluso en organismos aparentemente simples.
Aunque este estudio es un paso significativo hacia la comprensión de la relación entre la actividad cerebral y el comportamiento, los científicos señalan que aún hay trabajo por hacer.
El modelo actual se enfoca en la actividad en los núcleos neuronales y no en las conexiones extensas entre las células cerebrales.
Sin embargo, la capacidad de vincular actividad cerebral con comportamiento observable en tiempo real es un logro notable.
En resumen, el estudio de los cerebros de gusanos redondos podría tener implicaciones más allá de la biología de estos animales aparentemente simples.
La comprensión de cómo las actividades neuronales se correlacionan con el comportamiento puede proporcionar información crucial para desentrañar los misterios de la mente humana y podría incluso influir en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial más avanzados.
La neurociencia continúa avanzando, y cada paso hacia una mayor comprensión de los circuitos cerebrales nos acerca a un conocimiento más profundo de nosotros mismos.
Con información de Scientific American.
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