La sonda solar Parker (Parker Solar Probe) de la NASA ha logrado visualizar el origen del viento solar, lo cual constituye un importante descubrimiento en el campo de la investigación espacial.
El viento solar, compuesto por partículas cargadas, puede generar auroras, afectar satélites y dañar la infraestructura eléctrica en la Tierra. A pesar de su relevancia, todavía tenemos un conocimiento limitado acerca de las fuerzas que lo producen, su lugar de origen en el Sol y los procesos que lo aceleran hacia nuestro planeta.
Debido a su gran potencia y velocidad, ha sido difícil para las naves espaciales penetrar en el caos del viento solar y determinar su lugar de generación. Sin embargo, la sonda solar Parker ha logrado acercarse lo suficiente al Sol como para captar imágenes de la región donde se origina el viento solar.
Los científicos de la NASA habían predicho anteriormente que este fenómeno comenzaba cerca de la superficie solar y emergía a través de “agujeros” en la corona, la atmósfera externa del Sol, antes de ser expulsado al espacio. Los datos recopilados por Parker han confirmado esta teoría.
Los “agujeros coronales” son áreas brillantes en la corona solar que corresponden a zonas abiertas en el campo magnético del Sol.
A través de estos agujeros, múltiples líneas de campo magnético se extienden desde la superficie del Sol, algunas en dirección hacia él y otras alejándose.
Cuando estas líneas de campo magnético con direcciones opuestas colisionan, se rompen y se vuelven a conectar en un proceso conocido como reconexión magnética. Como resultado, se libera plasma que fluye a lo largo de las líneas de campo.
El descubrimiento del Parker Solar Probe
El hallazgo de Parker radica en su capacidad para detectar flujos de partículas altamente energéticas presentes en el plasma que fluye desde los agujeros coronales.
Estas partículas también se encuentran en el viento solar rápido, que es casi el doble de rápido que el viento solar lento, alcanzando velocidades de aproximadamente 800 km por segundo.
Además, la sonda ha logrado rastrear la aparición del viento solar desde una distancia de unos 13 millones de kilómetros, donde el viento aún conserva una estructura más organizada.
Las partículas energéticas del viento solar aceleran las ondas electromagnéticas, conocidas como ondas de Alfvén, impulsando aún más estas partículas.
Durante décadas, ha existido un debate sobre qué impulsa el viento solar: si es la reconexión magnética o las ondas de Alfvén. Por el momento, hasta que los instrumentos avanzados de Parker pudieron investigar más profundamente en el Sol, no se había podido resolver este argumento.
El equipo de Parker Solar Probe realizó simulaciones de reconexión que coincidían con las observaciones de la sonda, concluyendo que la reconexión magnética calienta el plasma coronal, impulsando el flujo de salida y generando ráfagas de velocidad turbulenta.
Conocer el origen del viento solar nos ayudará a predecir su dirección y velocidad cuando se dirija hacia la Tierra. Esto es crucial para proteger satélites, redes eléctricas y otros equipos.
Con información de Ars Technica.
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