Un robot blando, originalmente diseñado para explorar Marte y la Luna, ha encontrado un nuevo propósito en la Tierra al asistir a los equipos de rescate en operaciones de emergencia.
Este dispositivo esférico, equipado con sensores avanzados, puede ser desplegado en áreas afectadas por desastres naturales o provocados por el hombre, como incendios forestales, derrames químicos e incluso zonas de conflicto.
La historia de este innovador robot comienza con Squishy Robotics, una empresa con sede en California, cofundada por Alice Agogino.
En 2014, la NASA otorgó a su equipo una subvención de US$500,000 para investigar la movilidad del robot en terrenos hostiles usando propulsores de gas. La idea original era utilizar estos robots para explorar lugares de difícil acceso en la Luna y Marte.
El robot, que pesa menos de 3 libras (1,3 kilogramos), puede ser acoplado a drones comerciales y lanzado desde el aire para evaluar la situación en áreas peligrosas.
En una ocasión, se desplegó después de que un tren que transportaba tanques de propano descarriló en Florida, ayudando a los equipos de rescate a monitorear la calidad del aire en busca de fugas de gas.
Este robot ha demostrado su durabilidad en pruebas de caídas y ambientes peligrosos, incluso siendo lanzado desde un avión a 1,000 pies sobre el suelo.
La composición del robot blando
Su estructura esquelética en forma de red, basada en el principio de tensegridad, protege sus sensores sensibles durante los impactos.
En un entrenamiento de búsqueda y rescate, el robot fue colocado en un espacio confinado debajo de escombros para monitorear la calidad del aire donde una víctima simulada estaba atrapada. Incluso resistió una explosión controlada en una cámara inflamable, manteniendo su hardware intacto y transmitiendo datos y video.
El objetivo principal de este robot era ser transportado en naves espaciales hacia la Luna o planetas como Marte, recopilando datos y realizando operaciones científicas en condiciones no aptas para un robot convencional.
A pesar de ello, su versatilidad lo ha convertido en una valiosa herramienta para responder a emergencias en situaciones de riesgo, proporcionando información crucial y apoyo a los equipos de rescate.
Este avance tecnológico abre un camino hacia una nueva generación de robots versátiles para futuras misiones espaciales, estos aparatos de tensegridad podrían utilizarse como dispositivos de aterrizaje en lugar de costosas grúas voladoras impulsadas por cohetes. Esto haría que las misiones a la Luna y Marte sean más rentables y eficientes en recursos, según los científicos.
El robot blando ha demostrado su valía tanto en la exploración espacial como en la respuesta a desastres en la Tierra, destacando la importancia de los adelantos tecnológicos y el mejoramiento de la seguridad y la eficiencia en situaciones críticas.
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