El 6 de septiembre, un nuevo satélite de X-Ray Imaging and Spectroscopy Mission (XRISM) fue lanzado desde el Centro Espacial Tanegashima en Japón.
Esta misión, en colaboración entre la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), la NASA y la Agencia Espacial Europea, tiene como objetivo proporcionarnos una visión sin precedentes de los misterios del universo, utilizando tecnología avanzada para estudiar los colores de los rayos X.
A diferencia de los telescopios de rayos X existentes, XRISM es capaz de distinguir diferentes colores de luz, lo que abre una ventana completamente nueva de observación para los científicos.
Esto se logra mediante un innovador instrumento que detecta rayos X a través de pequeños cambios de temperatura.
Esta capacidad permitirá a los científicos identificar los elementos químicos presentes en los objetos observados, como hierro, níquel, oxígeno o silicio, así como determinar sus abundancias.
Además, XRISM será capaz de medir las velocidades de los movimientos del gas en el espacio.
La astrofísica de la Universidad de Chicago, Irina Zhuravleva, quien participa en el proyecto y lidera el equipo científico extragaláctico, destacó la importancia de esta misión al afirmar que nos brindará una visión completamente nueva del universo caliente y energético.
Desde la observación de explosiones estelares hasta la comprensión de las interacciones entre agujeros negros y sus galaxias anfitrionas, XRISM promete revelar detalles y, quizás, hacer descubrimientos inesperados.
El ingrediente principal son los rayos X
Los rayos X son producidos por algunos de los fenómenos más extremos y energéticos del espacio, como estrellas en explosión, la materia que gira alrededor de agujeros negros supermasivos y fusiones de cúmulos de galaxias.
Dichos eventos desafían nuestra comprensión del cosmos y con XRISM, los científicos podrán abordar preguntas fundamentales sobre la física de estos fenómenos.
Una de las áreas de investigación clave será el estudio de agujeros negros supermasivos, que se encuentran en el centro de los cúmulos de galaxias.
Los agujeros negros tienen un impacto significativo en la formación de estrellas en sus alrededores.
XRISM proporcionará datos esenciales para comprender cómo interactúan exactamente con sus galaxias anfitrionas.
Además de estudiar los objetos más extremos del universo, XRISM también medirá la abundancia de diferentes elementos y la distribución de metales tanto dentro como fuera de las galaxias, lo que ayudará a revelar la química del universo.
XRISM y la comprensión del espacio
El lanzamiento y la operación de un satélite de esta complejidad son un desafío extraordinario, ya que los rayos X son bloqueados por la atmósfera de la Tierra, requiriendo observaciones desde el espacio.
XRISM representa el cuarto intento de lanzar y operar un satélite de este tipo y los astrónomos tienen grandes expectativas de que esta misión sea la clave para desbloquear la verdadera composición del espacio.
Tras su lanzamiento, el satélite XRISM será sometido a pruebas y calibraciones para asegurarse de que todos los instrumentos estén listos, comenzando con el programa de observación a finales de este año.
El equipo investigativo estará listo por la recolección de datos y la preparación para una nueva era de espectroscopia de rayos X de alta resolución que cambiará nuestra comprensión del universo.
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