El gobierno de Japón ha sorprendido al anunciar que no hará cumplir los derechos de autor sobre los datos utilizados en el entrenamiento de inteligencia artificial (IA).
Esta política permite que la IA utilice cualquier tipo de dato, ya sea para fines comerciales o sin fines de lucro, independientemente de si se trata de una reproducción o si el contenido se obtuvo de fuentes ilegales.
Keiko Nagaoka, ministra japonesa de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, ha confirmado esta postura audaz en una reunión local, destacando que las leyes de Japón no protegerán los materiales con derechos de autor utilizados en conjuntos de datos de IA.
El gobierno japonés considera que las preocupaciones sobre derechos de autor, especialmente en el ámbito del anime y otros medios visuales, han obstaculizado el progreso de la nación en el campo de la inteligencia artificial.
En consecuencia, Japón ha optado por un enfoque sin derechos de autor para mantener su competitividad en esta área.
La decisión forma parte del ambicioso plan de Japón para convertirse en líder en tecnología de inteligencia artificial.
Japón apuesta por la regularización de la IA
Una empresa local llamada Rapidus, reconocida por su tecnología avanzada de chips de 2 nm, está ganando relevancia como un actor serio en el ámbito de los chips de IA.
Dado el panorama político inestable de Taiwán, la fabricación de chips en Japón podría considerarse una opción más segura. Además, Japón está tomando la iniciativa para contribuir en la definición de normas globales para los sistemas de IA en el marco del G-7.
No todos en Japón están de acuerdo con esta decisión. Muchos creadores de anime y arte gráfico temen que la IA pueda devaluar su trabajo.
Por su parte los sectores académico y empresarial presionan al gobierno para que utilice las leyes de datos flexibles del país a fin de impulsar a Japón hacia el dominio global de la IA.
A pesar de ser la tercera economía más grande del mundo, el crecimiento económico de Japón ha sido lento desde la década de 1990, y su ingreso per cápita es el más bajo entre los países del G-7.
La implementación efectiva de la IA podría impulsar el PIB de la nación en un 50% o más en poco tiempo, lo cual resulta emocionante para un país que ha experimentado años de bajo crecimiento.
El acceso a los datos occidentales también es crucial para las aspiraciones de Japón en el campo de la IA.
Cuantos más datos de entrenamiento de alta calidad estén disponibles, mejor será el modelo de IA. Aunque Japón tiene una rica tradición literaria, la cantidad de datos de capacitación en japonés es considerablemente menor en comparación con los recursos en inglés disponibles en Occidente.
No obstante, Japón cuenta con una amplia variedad de contenido de anime, que es popular en todo el mundo. La postura de Japón parece clara: si Occidente utiliza la cultura japonesa para entrenar IA, entonces los recursos literarios occidentales también deberían estar disponibles para la IA japonesa.
A nivel global, la medida adoptada por Japón añade un giro al debate sobre la regulación de la IA a nivel global.
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