Las primeras estrellas del universo, conocidas como población III, eran gigantes que ardían rápidamente y desaparecían jóvenes en explosiones espectaculares.
Sin embargo nunca se verán directamente, los astrónomos han centrado su atención en sus descendientes, nacidos de los restos de estas estrellas, para desentrañar los misterios de su corta pero impactante existencia.
Descendientes como clave
El telescopio espacial James Webb de la NASA podría tener la suerte de visualizar las primeras estrellas, pero mientras tanto, los astrónomos han encontrado en sus descendientes la siguiente mejor opción.
Dichos descendientes, nacidos de estrellas de primera generación, podrían revelar información crucial sobre el tamaño y la influencia de las primitivas estrellas en la evolución del universo.
Análisis forense estelar
Los investigadores, como Timothy Beers de la Universidad de Notre Dame, buscan realizar un análisis forense de objetos que explotaron hace 13.500 millones de años.
La búsqueda de descendientes puros impone restricciones valiosas a las masas de las primeras estrellas, arrojando luz sobre su naturaleza y tamaño.
Población III y su impacto
Las estrellas de población III, compuestas principalmente de hidrógeno y helio, se cree que crecieron sin límites debido a la ausencia de metales.
Este crecimiento desmesurado es esencial para comprender la formación de estas estrellas y su impacto en el universo primitivo.
Supernovas de inestabilidad de pares
La detección de rastros dejados por supernovas de “inestabilidad de pares” en estrellas descendientes podría revelar la clave para entender la masa de las estrellas originales.
Estas supernovas, con masas entre 140 y 260 veces la del Sol, podrían dejar huellas específicas en la composición elemental de las estrellas descendientes.
Descendientes detectados
Si bien la búsqueda de estos descendientes ha sido desafiante, el equipo utilizando el Telescopio Espectroscópico de Fibra de Objetos Múltiples de Gran Área del Cielo de China (LAMOST) anunció el hallazgo de una estrella, J1010+2358, que podría ser descendiente de una estrella de población III de peso medio.
Conclusiones y próximos pasos
Los astrónomos, liderados por Ioanna Koutsouridou de la Universidad de Florencia, han avanzado en el análisis de J1010+2358, sugiriendo que su predecesor tenía entre 250 y 260 masas solares.
Aunque aún queda trabajo por hacer para confirmar esta información, este descubrimiento podría arrojar luz sobre las estrellas de población III de peso medio y su impacto en la formación del universo.
Con información de Science.
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